Un estudio liderado por el investigador principal y profesor asistente del
Departamento de Epidemiología y la Escuelade Salud Pública de la Universidad de
Washington llegó a la conclusión de que el gobierno debería ayudar más a los
consumidores a desarrollar el hábito de comer alimentos saludables.
En la Pirámide de Alimentos del año 2011, se explicó que para ser más saludable, deberíamos consumir más alimentos ricos en potasio, fibra, vitamina D y calcio.
En un estudio realizado y publicado en la revista Health en donde se les
preguntó a un grupo de personas por los alimentos que comían, sus respuestas
fueron analizadas por el contenido de nutrientes y por el precio que pagaban por
esas comidas.
El estudio tuvo los siguientes resultados: las personas que más gastan dinero
en alimentos saludables son capaces de cumplir con las pautas
federales establecidas para el consumo de potasio, fibra, vitamina D y
calcio.
Por el contrario, aquellos que gastan menos dinero, tenían una ingesta baja
de los cuatro elementos citados anteriormente. Al mismo tiempo, tenían un alto
consumo de alimentos con grasas saturadas y azúcar (comida chatarra).
Los resultados respecto a las personas que tienen un alto consumo de alimentos con grasas saturadas y azúcares son alarmantes.
También es alarmante que la mayoría de los jóvenes estén cada vez más
atraídos a comer el tipo de alimentos.
Hay informes que indican que debido al fácil acceso a los alimentos de comida
rápida (fast food), la gente que sufre de obesidad es cada vez más. De hecho,
hay ahora un término denominado obesidad infantil que se está convirtiendo en
una preocupación alarmante.
La obesidad se convierte en una de las principales causas de preocupación
porque los niños parecen tener acceso a las bebidas no saludables, con muchas
calorías y endulzado.
Además, consiguen éstos alimentos y bebidas en los comedores escolares,
restaurantes de comida rápida y puestos del centro comercial.
El primer paso, debería comenzar en el hogar.
El cambio debería ser gradual, así los padres, antes de imponer un cambio
radical en la comida que se le servirá a los niños, deben ir preparándolos de a
poco.
Una buena idea sería cocinar los alimentos poco saludables delante de los
ojos de los niños para que puedan sentir que la comida rápida no es realmente
una buena comida.
Los padres deberían tratar de que “cocinar en casa” siga siendo la mejor opción para la comida saludable.
Las rodajas de pescado y aves, verduras y frutas bien lavadas no sólo son
excelentes alimentos saludables sino que
también pueden ser una buena entrada para comenzar a consumir los alimentos
básicos que se encuentran en la pirámide de alimentos.
Llevar a los niños o adultos jóvenes al aire libre donde se puede
experimentar la pesca en ríos y arroyos, la cosecha de frutas o verduras o
visitar aves de corral pueden introducir y orientar a la “terrenal” calidad de
los alimentos.
Los padres deberían practicar lo que predican. La mayor parte del tiempo esto resulta ser una tarea muy difícil.
Enseñar a los niños a mantenerse alejados de la comida chatarra o alimentos
grasos, dulces y llenos de calorías puede hacerse si los mismos padres se
mantienen alejados también de este tipo de alimentos.
Así toda la familia comería alimentos saludables y
compartirían comidas mejorando la comunicación y la unión familiar.
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bajar peso rápido.
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